Al bendecir, se otorga vida, no sólo al que recibe la bendición, sino también al que la da. Por eso, hoy te bendigo , mi bendición va para ti, porque al bendecirte de todo corazón, me bendigo a mí mismo.
Reparte bendiciones donde vayas, no sólo de palabras, sino de hechos.
Ellas volverán a ti, cuando menos lo esperes.
En general, la persona que vive en la presencia de Dios, amándole y obedeciéndole, goza de la bendición divina siempre.
!!! DIOS TE LLENE DE BENDICIONES!!!
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