¡DIMELO! (Anamaría Rabatté, 1992)
Si en verdad te hace bien mi compañía y eres feliz al sentirme cerca…¡dímelo!
Si cada día puedo aportar a tu vida
una rosa de alegría, que aligere el peso de tu cruz…
por favor, ¡dímelo!
Si en verdad puedo hacerte sonreír
y volver a confiar después de un día nublado,
hazme feliz y ¡dímelo!
Si puedo escucharte, comprenderte,
y ayudarte a volver a sentir de nuevo que el sol brilla para ti…
por favor ¡dímelo!
Si mi vida puede darte vida,
si mis palabras de cariño
pueden ayudarte a que veas menos espinas en tu camino…
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