La traición de una persona querida trae siempre un dolor muy profundo. Jesús vivió ese dolor cuando Judas, uno de sus discípulos a los que tanto amaba, lo traiciona dándole un beso en la mejilla... Jesús no se enoja, Jesús no se aparta ni rechaza el beso de su amigo traidor...Se limita a mirarlo a los ojos haciéndole ver su error al decirle: "¿Con un beso traicionas al Hijo del Hombre?".
Señor, no permitas que te traicione jamás!... Sabes que te amo y que puedes confiar en mi amor...
Señor, no permitas que te traicione jamás!... Sabes que te amo y que puedes confiar en mi amor...
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