Cuando te digo que NO...
me duele más a mí que a ti.
Cuando te reto...
me duele más a mí que a ti.
Cuando te veo caer...
me duele más a mí que a ti.
Si supieras cómo se me estruja
mi corazón cuando te veo sufrir...
Si supieras cómo se me estruja
mi alma cuando te veo llorar...
Pero hay algo que me deja tranquila:
un día lo vas a saber, y aunque un día yo ya no esté,
sabré que valió la pena y que habré hecho un buen trabajo...
TE AMA, MAMÁ!