Hijo mío que estás en la tierra, preocupado, solitario y tentado, yo conozco perfectamente tu nombre y lo pronuncio como santificándolo porque te amo.
No, no estás solo, sino habitado por Mí y juntos construimos este Reino del que tú vas a ser heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que tú seas feliz ya que mi gloria es el homre viviente, pleno.
Cuenta siempre conmigo y tendrás el pan para hoy, no te preocupes, sólo te pido que lo compartas con tus hermanos.
¿Sabes que perdono todas tus ofensas... antes incluso de que las cometas?, por eso te pido que hagas lo mismo con los que a ti te ofenden, para que nunca caigas en la tentación.
Cógete fuerte de mi mano y yo te libraré del mal.
No temas, pues cuentas conmigo...
Querido hijo mío.
Dios
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