Un día te darás cuenta
que no eres una sobreviviente más...
sino una valiente guerrera
que jamás se rindió.
Con la frente alta, con tu alma orgullosa,
con tu sonrisa en los labios y con el corazón abierto,
así recibirás la alegría de saberte victoriosa
aún en las pruebas más difíciles.
A veces pareciera que todo está perdido,
pero un día te darás cuenta, que nada fue en vano,
que el triunfo es tuyo y recoges los frutos
de una mujer plena, valiente y defensora de lo suyo!
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