Un padre anciano barría su casa con gran ánimo. Al preguntarle por qué su alegría me dijo:
"Mi hija me ha llamado y me ha dicho que va a venir a visitarme y por eso estoy arreglando mi casa".
"Qué bien" le dije, "me la saluda y que pase un buen momento".
Al día siguiente cuando volví a pasar por el mismo lugar encuentro al anciano un poco triste y al preguntarle cómo fue la reunión con su hija, éste me contestó:
"No vino ayer , ni hoy tampoco, creo que sólo quería saber si aun estaba vivo".
En verdad ésto me dejó muy triste. Sólo te pido que si tú tienes a un padre o una madre en esta condición, visítalo aun así no tengas que llevarle anda y ve y dale un abrazo. Para ellos nuestra presencia es más importante que muchos regalos y recuerda que un día tu también seras viejo.
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