Padre Dios Todopoderoso,
fuente de la salud y del consuelo,
que has dicho “Yo soy el que te da la salud”.
Acudimos a ti en este momento
en el que por la enfermedad experimentamos
la fragilidad de nuestros cuerpos.
Ten piedad Señor
de los que están sin fuerza,
devuelveles la salud y quedarán sanos.
Haz efectivos los tratamientos médicos.
Líbrales de los efectos secundarios de la medicina
y haz lo que la medicina no puede hacer.
Realiza un milagro de tu amor
y concédeles la salud del cuerpo,
la paz en el alma,
para que los liberes de toda enfermedad,
y recobradas las fuerzas,
puedan servirte mejor a ti
y a nuestros hermanos.
Lo pedimos
en el nombre de tu Hijo Jesucristo,
con la Virgen María nuestra madre,
orando en la fuerza del Espíritu Santo,
a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
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